lunes, 18 de octubre de 2010

Capitulo V: " Todos para uno y uno para todos"

Después del invento griego, llegó otro gran descubrimiento: el derecho romano. Este derecho regulaba detalladamente los intereses de los individuos, sus conflictos, lo que podían esperar de la comunidad y lo que la comunidad podía esperar de ellos. Todos los habitantes del imperio de Roma eran políticamente tratados como a iguales, y si eran iguales políticamente, ¿por qué no podían ser iguales humanamente?; allí se presenta una paradoja puesto que en los imperios griegos todos eran iguales política y democráticamente, pero óigase bien, en los imperios griegos únicamente, las personas provenientes de otros lugares no tenían los mismos privilegios. En cambio como ya dijimos anteriormente Cualquiera podía ser ciudadano de Roma. ¿De dónde surge este idealismo?, Como Roma era un Estado imperialista la conquista de pueblos era inminente, a los cuales sometía cultural y legalmente sin ningún reproche, por lo cual al pertenecer al mismo imperio se suponía que debían tener los mismos prejuicios y los mismos privilegios. Esto llevo a que roma imponiera igualdad de derechos a todo ciudadano que llegase a roma.
El individuo y el Estado son el resultado de toda la evolución política a lo largo de la historia. Un individuo tiene mucho del Estado dentro de sí, mientras que un Estado está formado por individuos y no tiene otro poder que el recibido de múltiples decisiones individuales. Lo irónico y habitual es que uno hable mal del otro achacándole los problemas sociales como fruto de su ignorancia; el individuo se queja de la opresión y de la arbitrariedad del Estado, mientras que el Estado atribuye a la desobediencia y el egoísmo de los individuos todos los desastres políticos.
Esto es una realidad incambiable, por lo cual hay que intentar mantener el equilibrio entre el estado y el individuo, cuando los individuos están mejor dotados se aprovechan de los que no lo están, mientras que si el estado se excede demasiado los individuos pierden autonomía, responsabilidad e iniciativa. Tanto un extremo como el otro son perjudiciales para la sociedad.
El Estado es para los individuos. El individuo constituye la auténtica realidad humana. Esto se conoce como individualismo lo cual es una forma de comprender y colaborar con la sociedad, no la manía de creerse fuera de ella; y que es una forma de intervenir en la política, no el disparate de desentenderse de ella por completo. El individuo puede pertenecer a un grupo y/o participar de un grupo, ¿Acaso no son lo mismo?, no, en realidad aquel que pertenece a un grupo no aporta ni negativa ni positivamente a él, es estático y por lo cual se tiene cierta lealtad hacia al grupo, cuando se participa de un grupo, se es activo, y se maneja cierta autonomía que perjudica al grupo, a demás no se maneja la misma lealtad que cuando se pertenece al grupo.
Todos los individuos tienen necesidad de pertenecer a un grupo. Eso define a los individuos humanos. Para un individuo es importante participar voluntaria y críticamente en diversos colectivos. Los abusos de la pertenencia a un grupo pueden derivar en el fanatismo y en el desinterés.
El hombre es social por naturaleza, pero es innatural la forma en que lo hacen, siempre existen razones para preferir una forma de actuar o de vivir, por lo cual las elecciones son algo intimo, algo racional en la cual cada individuo con ayuda de la ética elige cierta idea, racionalmente justificada de lo que sería mejor para a ser.
Lo malo del fanatismo es que los hombres olvidan pronto cómo han llegado a adquirir esa forma de vida. Los grupos humanos han ido influenciándose unos a otros, luego no hay ningún grupo puro, es decir no queda ningún grupo con una verdadera actitud ética y sobre todo una actitud política. Se puede ser humano de muchas formas, pero lo más humano es desarrollar la razón. Hay que ver de lo que se es capaz de hacer gracias al propio esfuerzo.
Lo importante, en el fondo, no es pertenecer a un grupo u otro, sino que todos pertenecen a la especie humana. De ahí proceden los derechos humanos, una serie de reglas universales para tratar a todos los hombres igualmente. Son sólo para humanos, pero para todos iguales. Los derechos son los más violados en todo el mundo, estos establecen que nadie es inferior que nadie, viva donde viva, sea como sea; no existen razas puras ni sangre azul, todos somos iguales si de derechos se habla.
El nacionalismo consiste en tener un afán desmedido a aquello que es "nuestro", rechazando todo aquello que no lo es. Necesita sentirse amenazado por enemigos exteriores para funcionar. En un Estado sólo tendría cabida un pueblo. El fanatismo nacionalista sólo sirve para endiosar a los países más poderosos.
Las cosas han cambiado, en la antigua Grecia la participación del pueblo era obligatoria, mientras en la actualidad es voluntaria, antes todos podían dar su punto de vista, ahora se debe elegir un representante que intente hablar por nosotros, anteriormente la política era un hecho sublime y majestuoso mientras que ahora es de poca importancia debido a la corrupción en donde prevalece los caprichos individuales.

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